En 1960, se generalizó en las guitarras de primera la “cabeza de media luna”, que se convirtió en el santo y seña de la firma
TERCERA ÉPOCA “HERMANOS CONDE SOBRINOS DE ESTESO”
Al fallecer Nicolasa Salamanca los hermanos optaron por denominarse primeramente SOBRINOS DE DOMINGO ESTESO-CONDE HERMANOS para más tarde denominarse HERMANOS CONDE-SOBRINOS DE DOMINGO ESTESO.
Esta época fue la más prolífica para los hermanos en la construcción de guitarras que fueron demandadas por la gran mayoría de los profesionales, entre los que se encuentra: Niño Ricardo, Sabicas, Melchor de Marchena, Mario Escudero, Paco de Lucia, Paco Cepero, Enrique de Melchor, los “Habichuela”, Oscar Herrero, Gerardo Nuñez, Rafael Riqueni, “Tomatito”, Al di Meola, John McLaughlin, Bob Dylan, Cat Stevens…
En 1960, se generalizó en las guitarras de primera la “cabeza de media luna”, que se convirtió en el santo y seña de la firma, también se modificó las medidas de la plantilla, el varetaje interior de la tapa y se introdujeron nuevos mosaicos, inspirados en los bordados de siglos pasados.
En esta época , mi padre y mi tío introdujeron, por primera vez, la madera de Palo Santo en la guitarra flamenca, utilizada tradicionalmente para la guitarra clásica, y de la mano de Paco de Lucia se popularizó como guitarra flamenca para concierto. A esta guitarra se la denomina en el mundo flamenco “negra”, en contraposición a la “blanca” construida en madera de ciprés.
Se consiguió, así, un sonido característico, con gran volumen y personalidad propia, reconocido por el mundo de la guitarra.
En 1.971, yo, Felipe Conde, entré en el taller de la calle Gravina 7, de la mano de mi padre, Mariano Conde y de mi tío Faustino Conde, siendo este el inicio de la siguiente generación.
De mi padre aprendo, fundamentalmente, dos cosas que marcarán toda mi carrera profesional: por una parte el respeto a la tradición y el buen hacer en la construcción de las guitarras y , por otra parte, el contacto con el público y el profesional, que me darán la clave para mejorar e investigar en el sonido de mis guitarras.
Años más tarde entró en el taller mi hermano, Mariano Conde, hijo.