Ignacio Fleta

De familia de ebanistas, con 13 años se trasladó a Barcelona con los hermanos Francisco Manuel y Bienvenido para aprender el oficio de la construcción de instrumentos. Estudió la construcción de violines, violonchelos y contrabajos con maestros como Benito Jaume y Etienne Maire Clarà; después de un período de formación en Francia en el taller de Philippe le Duc, regresó a Barcelona.

En 1915, los tres hermanos Fleta se establecieron con taller propio y se dedicaron a la construcción de violines y violonchelos. En 1927, Ignacio se independizó y, posiblemente por esta época, empezó a estudiar la técnica de las guitarras gracias a los peces que le llevaban a arreglar. En 1936 pasó por su taller, y la copia, una guitarra Torres de 1864, hecha de madera de arce, que había sido de Francesc Tàrrega. En los años 1939-1945 recibí el encargo del grupo de música antigua Ars Musicae para realizar un buen nombre de instrumentos antiguos, como violas de mano, violes de arco, fídulas y guitarras, con un resultado notable.

Tras escuchar a Andrés Segovia en 1955 tocando Bach en la guitarra, decidió dedicarse exclusivamente a la fabricación de este instrumento. Dos años más tarde, recibió el primer encargo de Segovia por una guitarra, y todavía le pidió otras dos más posteriormente, pero muchos otros músicos fueron también clientes: Josep Henríquez,John Williams, Alirio Díaz, Turibio Santos, Carlos Bonell, Marcelo Kayath, Jorge Morel, Adam Holzmann, Dagobert Linhares, …

Sus instrumentos, hechos con un estilo muy personal, están basados en la escuela italiana, muy bien trabajados, con la bóveda de la tapa más alta y con el caracol de la cabeza en forma elíptica. Sus guitarras evolucionaron hasta convertirse en un producto absolutamente personal que, en las últimas épocas, confeccionaba casi exclusivamente con madera de cedro.

Tras su traspaso, mantuvieron su taller sus hijos Gabriel (nació en 1929 y murió en 2013) y Francisco (nacido en 1925).