La guitarra clásica José Ramírez, construida en 1976, es un instrumento que lleva consigo el legado y la excelencia de la famosa casa de luthería española José Ramírez.
Las maderas utilizadas son el cedro para la tapa armónica y el palosanto de india para los aros y el fondo. La construcción refleja la artesanía tradicional y el compromiso con la calidad que caracteriza a la familia Ramírez. Cada detalle, desde el tallado del mástil hasta el acabado meticuloso, ha sido cuidadosamente realizado para garantizar la excelencia en cada aspecto del instrumento. Los materiales utilizados, como las maderas de calidad superior, contribuyen a la resonancia y la calidad sonora excepcionales de la guitarra. Innumerables guitarristas han tocado las guitarras Ramírez y han dejado su huella en innumerables actuaciones y grabaciones a lo largo de los años, entre los que destaca Andrés Segovia.
El sonido de esta guitarra es rico, equilibrado y lleno de carácter. Cada cuerda emite un tono distintivo que se entrelaza perfectamente con las demás, creando armonías exquisitas. El sonido llena el espacio con una presencia envolvente y poderosa. La respuesta a la pulsación es rápida y la comodidad del instrumento es absoluta.
El fundador de esta dinastía, José Ramírez de Galarreta y Planell, nació en Madrid el año 1858. A la edad de 12 años entró como aprendiz en el taller del que fue su maestro, Francisco González, cuya guitarrería estaba ubicada en la Carrera de San Jerónimo de Madrid. Debió de ser entre 1880 y 1882 cuando José Ramírez I se independizó, estableciéndose en el Rastro madrileño como maestro guitarrero.
Más adelante, en 1890, se trasladó a la calle Concepción Jerónima número 2, donde continuaron sus descendientes hasta el año 1995. Actualmente, la tienda de guitarras se encuentra en la calle de la Paz nº 8, muy cerca del antiguo local. Una vez independizado se convirtió en el maestro de su hermano menor, Manuel Ramírez y más tarde de su hijo José Ramírez II. También formó a Antonio Viudes, Rafael Casana, Alfonso Benito, Antonio Gómez, Julián Gómez Ramírez y Enrique García. Este último se estableció por cuenta propia en Barcelona donde fue maestro de Francisco Simplicio. José Ramírez I se convirtió en parte fundamental de la llamada Escuela de Madrid de Constructores de Guitarra, ya que, por aquel entonces, fue el maestro guitarrero más destacado de su tiempo tras la estela de Antonio de Torres. A él recurrieron los guitarristas flamencos de la época para buscar soluciones a la escasa proyección de sonido de las guitarras que entonces se construían y que poco podían destacar en los Tablaos y cafés cantantes. Así fue como José I creó la llamada Guitarra de tablao.
Este modelo fue tomado como base por su hermano Manuel para después modificarlo y transformarlo en una de sus plantillas, asentando con ella los principios de lo que ahora conocemos como guitarra flamenca y que continuaron utilizando sus discípulos. Como curiosidad podemos decir que una de las guitarras Ramírez que perteneció a Agustín Barrios, expuesta en el Cabildo de Paraguay, tiene la misma plantilla que la “Guitarra de Tablao”.